el
viento que acompañaba la tormenta ha decapitado al toro que marca
entrada a los Monegros desde Alfajarín, el toro de Bardem en huevos
de oro. Ahí está el toro desértico sin cabeza, no creo que tarden
mucho en subsanar tan transcendental agravio ocasionado sin ningún
miramiento por la madre naturaleza, en otros tiempos quizá se
hubiese pensado que fue la furia de Dios enfadado por la veneración
a símbolos paganos y nadie hubiese osado a reparar tan justa
sentencia.
memoria del móvil completa. Las pasé al ordenador. Después de varios meses, borré algunas (fotos), me llamó la atención la cantidad de cielos que había fotografiado, mi interior al verlos exclamó ¡CIELOS! (o algo parecido) y a la par se me ocurrió abrir una carpeta donde juntarlos (a los cielos), mientras iba ordenando los cielos intenté recordar dónde los había fotografiado y, mientras recordaba el lugar, muchas veces se me vino una frase o una historia. En ENLACES ¡CIELOS! lugar de la foto.
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