Acabé, casualmente, en un hotel por la zona de la Sagrada Familia, y paseando por los alrededores me encontré con esta magnífica obra. Y eso es solo una parte de ella. Es, sin duda, un lugar digno de ser visitado.
No solo Gaudí dejó su huella arquitectónica en Barcelona. A mí me gusta mucho el paisaje gaudiniano, pero no soy ciego; disfruto mirando, y cuando encuentro una obra humana agradable, me detengo a observar.
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