El Matarraña es un lugar que, a primera vista, parece uniforme, de rasgos comunes, con un paisaje similar. Para un viajero poco observador o con prisas, es fácil concluir y resumirlo como un lugar de paz, de benévolo clima mediterráneo, con bellos pueblos de mucha piedra antigua, olivos, extensos bosques, ríos de aguas cristalinas, túmulos y restos de los primeros poblados ibéricos, y el canto del incomprensible idioma de sus gentes.
Por suerte, muchos pueblos de la comarca comparten similitudes en un sinfín de cosas especiales, verdaderamente hermosas y curiosas. Pero no os equivoquéis; cada rincón del Matarranya tiene sus propios matices.
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