No
sé de él, sólo sé que cada domingo se acerca con sus dos cañas,
una, la más grande, con cebo natural, esta la lanza lo más lejos
que puede y la planta a su lado derecho, la deja ahí a la espera que
su punta de grafito negro se doble y la otra, en la corta, engancha
una rapala que lanza y recoge de forma continua, haciendo nadar el
pez artificial con cadencia media. No sé quién es, tiene el
semblante serio y aunque la lógica me dice que baja a disfrutar de
este rato, que se acerca a este punto para practicar algo que le
gusta tiene en su rostro moreno y arrugado un evidente reflejo de
tristeza. Estigma. La pesca solitaria es sobre todo meditación, en
el cantábrico, meditación y fuerte olor a mar.
memoria del móvil completa. Las pasé al ordenador. Después de varios meses, borré algunas (fotos), me llamó la atención la cantidad de cielos que había fotografiado, mi interior al verlos exclamó ¡CIELOS! (o algo parecido) y a la par se me ocurrió abrir una carpeta donde juntarlos (a los cielos), mientras iba ordenando los cielos intenté recordar dónde los había fotografiado y, mientras recordaba el lugar, muchas veces se me vino una frase o una historia. En ENLACES ¡CIELOS! lugar de la foto.
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