Nota: Memoria del móvil llena. Pasé las fotos al ordenador. Después de varios meses, las clasifiqué, borré algunas, y me llamó la atención la cantidad de cielos que había fotografiado. Al verlos, mi interior exclamó: “¡CIELOS!” (o algo parecido). Entonces se me ocurrió abrir una carpeta para reunirlos.
Mientras los ordenaba, intentaba recordar dónde los había fotografiado. Muchas veces el lugar no aparecía, pero siempre venía a mi mente una frase o una historia.
LUZ (Sierra de Luna)
me
tumbé boca arriba y me quedé dormido mirando el cielo. Sentí frío,
sentí calor, todo se volvió luz, me asusté, me desperté. El cielo
volvió a ser azul, pero seguí sintiendo el desasosiego que me
provocó el cielo luz de mi pesadilla.
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