Nota: Memoria del móvil llena. Pasé las fotos al ordenador. Después de varios meses, las clasifiqué, borré algunas, y me llamó la atención la cantidad de cielos que había fotografiado. Al verlos, mi interior exclamó: “¡CIELOS!” (o algo parecido). Entonces se me ocurrió abrir una carpeta para reunirlos.
Mientras los ordenaba, intentaba recordar dónde los había fotografiado. Muchas veces el lugar no aparecía, pero siempre venía a mi mente una frase o una historia.
PERALES DEL ALFAMBRA
El
llegar a Perales un día así cuesta lo suyo, pero la lentitud que
implica la climatología adversa tiene su recompensa en la
contemplación de este largo paisaje. Es un lugar precioso.
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