no
teniendo ningún amor patrio señalado, siempre me retrotraen, la
visión de estas montañas, a sensaciones agradables, recuerdos de
juegos de calle, flechas y arcos, hogueras, lagartijas, mi gatita
blanca Blanquita, mariposas, arañas amarillas con rayas negras o
negras con rayas amarillas, el escondite y fútbol, mucho fútbol y
ella, de fondo, decorado inmutable, desde el amanecer al anochecer, Montserrat.
memoria del móvil completa. Las pasé al ordenador. Después de varios meses, borré algunas (fotos), me llamó la atención la cantidad de cielos que había fotografiado, mi interior al verlos exclamó ¡CIELOS! (o algo parecido) y a la par se me ocurrió abrir una carpeta donde juntarlos (a los cielos), mientras iba ordenando los cielos intenté recordar dónde los había fotografiado y, mientras recordaba el lugar, muchas veces se me vino una frase o una historia. En ENLACES ¡CIELOS! lugar de la foto.
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